Muchísimas gracias por la reflexión, Cristina, es muy interesante.
Comparto una anécdota. Hace año y medio participé en Lakua en unas jornadas organizadas por el Berritzegune Nagusia sobre educación competencial. La jornada se dividió en dos partes: en la primera, 3 ponentes conocidos en el ámbito educativo aportaban su visión sonre este tema. Tenían asignados, aproximadamente, 20 minutos por intervención. Posteriormente, con un tiempo similar, diversos docentes de los ámbitos de ciencias y letras presentábamos experiencias de aula. La idea estaba clara: dinamismo y agilidad.
Recuerdo cómo una “gurú” educativa programada en la primera parte decidió extender su charla hasta los 60 minutos porque, claro, lo que había preparado no se podía explicar en 15. ¿Consecuencia? Los que llegamos después vimos recortado nuestro tiempo a menos de la mitad, y era innegociable.
Me temo que, en muchos casos, hay ponentes que se saltan todas las “red flags” porque dudo mucho que les pidan borradores, resúmenes o cualquier muestra de control.
Así es. Pero sin control, como organizador de un evento, te cargas la experiencia del usuario. Si te da igual, entonces ok... pero dudo que te de igual.
Yo te digo que gurús conozco con charlas que dan penica verlas... (también hay otros que se lo curran como campeones/as, ojo). No depende del nivel de gurusismo, sino de la capacidad que tengas para que te hagan una crítica constructiva.
Mi misión es que el evento sea espectacular y transformador y para que lo sea las charlas tienen que estar al nivel. Por eso se preparan con muchos meses... Si no, pues oye, hay otros eventos y otros saraos... No problemo.
Muchísimas gracias por la reflexión, Cristina, es muy interesante.
Comparto una anécdota. Hace año y medio participé en Lakua en unas jornadas organizadas por el Berritzegune Nagusia sobre educación competencial. La jornada se dividió en dos partes: en la primera, 3 ponentes conocidos en el ámbito educativo aportaban su visión sonre este tema. Tenían asignados, aproximadamente, 20 minutos por intervención. Posteriormente, con un tiempo similar, diversos docentes de los ámbitos de ciencias y letras presentábamos experiencias de aula. La idea estaba clara: dinamismo y agilidad.
Recuerdo cómo una “gurú” educativa programada en la primera parte decidió extender su charla hasta los 60 minutos porque, claro, lo que había preparado no se podía explicar en 15. ¿Consecuencia? Los que llegamos después vimos recortado nuestro tiempo a menos de la mitad, y era innegociable.
Me temo que, en muchos casos, hay ponentes que se saltan todas las “red flags” porque dudo mucho que les pidan borradores, resúmenes o cualquier muestra de control.
Así es. Pero sin control, como organizador de un evento, te cargas la experiencia del usuario. Si te da igual, entonces ok... pero dudo que te de igual.
Yo te digo que gurús conozco con charlas que dan penica verlas... (también hay otros que se lo curran como campeones/as, ojo). No depende del nivel de gurusismo, sino de la capacidad que tengas para que te hagan una crítica constructiva.
Mi misión es que el evento sea espectacular y transformador y para que lo sea las charlas tienen que estar al nivel. Por eso se preparan con muchos meses... Si no, pues oye, hay otros eventos y otros saraos... No problemo.