En este año y algo que llevo escribiendo esta newsletter me he suscrito y desuscrito de unas cuantas. Cada día, de hecho. Los motivos que me llevan a suscribirme a un contenido son diversos, tanto como los propios contenidos: pero comunicación, actualidad y negocios son las tres estrellas de lo que consumo.
No todas tienen la misma frecuencia. Las hay diarias, semanales, mensuales… y aleatorias, como esta misma, vamos, que actualizo cuando puedo.
Lo que está claro es que últimamente las newsletters brotan como champiñones. Los medios de comunicación tienen una por sección, o más de una, si le sumamos las semanales o las especiales. Muchas empresas también tienen newsletter, para informar de novedades, ofertas o servicios. Y luego están las newsletters como esta misma, que en vez de hacer la reflexión de turno en un blog al uso, se la envían a un grupo más o menos nutrido de suscriptores. Incluso he llegado a las metanewsletters, que son newsletters que hablan sobre newsletters… todo un mundo.
Luego, cada newsletter tiene su estilo. Podemos clasificarlos:
Los recopilatorios
Están los recopilatorios, que envían listados más o menos elaborados de enlaces diversos y con más o menos literatura alrededor (algunos incluso meten editorial, otros solo un poquito de narrativa). Son informativos y útiles: en un momento te pones al día de lo que sea. Aquí meto la mayoría de NL matutinos de medios, la Kloshletter, la Wikly de Nanísimo o Clupad… hay cientos que caben en esta categoría.
Los editoriales
Luego tenemos los tipo editorial. Cada x tiempo envían un artículo más o menos sesudo sobre un tema que les interese (con o sin patrocinio). No necesariamente es un tema de actualidad, puede ser una reflexión. A veces tienen firma invitada, otras incluyen algún otro contenido audiovisual (podcast/vídeocast) complementario. Si te interesa el asunto que exploran, fenomenal. Me pasa últimamente que muchas de estas NL no dan con mi tecla durante varios números seguidos y termino desuscribiéndome. Aquí tendríamos la Bonilista, por ejemplo.
Los te lo vendo tó
Están los te lo vendo, que solo escriben para decirte que han sacado su último curso, su último libro o su último lo que sea. Nunca para ver qué tal, para comentar algo, para ofrecer… intercambiar… lo que en el mundillo se conoce como “aportar valor”. Aquí también podría meter las ofertas puntuales (o cotidianas) de alguna empresa con información sobre productos o servicios. Te envuelven ese contenido de forma razonable, para que al final te preguntes cómo es posible que no hayas comprado, pero no te subestiman como lector/a ni como persona inteligente.
Los que te muerdo
Y por último, tenemos los agresivos.
Se llevan mucho últimamente y están cortados todos por el mismo patrón:
Frases cortas.
Muy cortas.
Así de cortas.
Cortísimas.
Escritos como si fueran un poema
y nos costara trabajo leer un párrafo…
Al final terminan siendo los mismos párrafos que en cualquier otro lugar leeríamos sin ningún problema, pero insisten en escribir a frases sueltas porque algún gurú dice que funciona (esto no lo dudo, pero conmigo no, claramente).
Lo peor (para mi gusto) es que suelen tener un tono amenazante (solo va a estar disponible tres días, cuatro horas… yo, yo, yo, yo, yo…). Demasiada testosterona.
Lo cierto es que cada día me dan más pereza este tipo de correos.
Como digo, no dudo que sean efectivos. Seguro que lo son, pero yo no soy su público.
Seguro que si pregunto a más gente, cada uno tenemos unas sensaciones distintas con estos correos… Pero yo, tras este repaso, he llegado a dos conclusiones (nada sesudas, anticipo):
La primera es que me suscribo a muchas cosas y aunque cada vez me cuesta menos desuscribirme, hago ambas con bastante soltura (y no suele haber segundas oportunidades). Me gusta leer y estar informada y el FOMO acecha. Mejor si me llega a la bandeja del correo. Si me deja de interesar, chao.
Y además, he descubierto que me gusta que las NL utilicen la segunda persona del singular, que me traten de tú, vaya. Obviamente nadie está escribiendo su NL pensando en mí, pero me gusta que suene como si así fuera. Me da la impresión totalmente subjetiva de que, de algún modo, la persona que está escribiendo está pensando en mí como lectora individual y quizá este sea, precisamente, el secreto: como dicen los Herederos: para convencer a miles, les hablamos uno a uno. Me gusta utilizar este mismo tono cuando escribo. ¿A ti qué te parece este punto? ¿Prefieres algo más impersonal, más aséptico?
Hasta aquí mi divagación de hoy…
Y ahora la pregunta… off topic totalmente
Llevo muchos años formando a personas de todos los contextos (y hasta edades) en mejorar sus presentaciones, desde la concepción hasta el diseño.
Ahora mismo estoy en fase de creación de varios cursos. Algunos simplemente los estoy actualizando porque funcionan muy bien y sirven para su propósito.
Otros los estoy creando desde cero (o casi).
Por eso me gustaría preguntarte, así, a bocajarro.
En un curso de Diseño de presentaciones, ¿qué es lo que te gustaría encontrarte?
Contéstame a este mail o déjame un comentario si lo has visto en alguna red social.
¡Seguimos!