Me emancipé en julio de 1997.
Apenas llevaba un año trabajando y no tenía muchos ahorros. Le alquilé el piso a mi abuela. Lo reformó mínimamente, que a mí me parecía lo más y, con unos sofás, canapé y colchón regalados y un armario de Ikea y una mesa de centro para el salón que se podía elevar para poder comer, ya teníamos lo suficiente para poder entrar a vivir.
No teníamos cortinas.
No teníamos estanterías.
No teníamos ordenador (recordad el año).
Lo que sí que compré fue un nórdico de plumas que me costó una pasta, unas 20.000 pelas de la época, al cambio, unos 130€. Recuerdo la tienda, que ya no existe, de la calle Cigarreras y la decisión: ¿me gasto esa pasta o no lo hago?
Lo hice.
En 1997 no era obvio tener un nórdico. Empezaban tímidamente a estar en las tiendas pero lo “normal” eran sábanas, mantas y colchas, más o menos modernas.
Tenía clarísimo lo del nórdico, pese a la pasta. Me ha dado calor y me ha acompañado más de la mitad de mi vida, pero, con los años, ha ido perdiendo las plumas. Ya no es mullido y, lo más importante, ya no da calor.
Este año he tomado la decisión de sustituirlo. Me he asombrado de la variedad de opciones (y del precio). Ahora hay cientos de alternativas: de plumas (de diferentes variedades de pato, oca, plumón, pluma, etc.), sintéticos de diversa calidad y temperatura… Los caros siguen siendo los de pluma y mi experiencia me dijo que seguía siendo la mejor opción.
Así que el repuesto, en camino, será otro nórdico de plumas.
Pero, ¿es real la pasta que me he gastado? Si divido los 130€ de entonces entre los 27 años que ha durado, me salen a menos de 5€ al año, que ya te digo yo que esto está amortizado hace lustros…
¿Me hubiera durado tanto un edredón sintético? No sé contestar a esta pregunta. Sí sé que no es lo mismo la sensación y el confort que ofrecen las plumas frente a las fibras de poliester. Pero no sé si uno sintético habría sido tan duradero y creo que no lo sabré nunca.
Y es que a la hora de elegir, hay que sopesar muchos factores pero, sin duda, uno de ellos debe ser la durabilidad (sin hacer de menos a la fiabilidad y al confort). Invierto, sí, pero ¿en cuánto tiempo lo voy a amortizar?
Y esta misma reflexión nos vale para un edredón o para un ordenador, una bicicleta o un servicio cualquiera que contratamos.
¿Estamos pagando por plumas de verdad o por una solución efectista? Ahí lo dejo.
❤️ Cada semana en Game of Talks, hablamos de algún tema relacionado con las presentaciones. A veces son consejos, otras son recursos… Corre a suscribirte.
🦚 Me ha fascinado esta galería de iconos de apps. Es gracioso ver la evolución que han vivido desde principios de la década pasada (básicamente cuando surgieron los smartphones) hasta ahora y cómo el minimalismo y los colores planos o degradados se han adueñado de estos miniescaparates.
👩❤️👩 ¿Qué pinta tiene el “fueron felices para siempre”? Aquí una visualización histórica de portadas de novela romántica. Cómo se ha pasado de la ilustración a las fotografías… cómo se han ido incluyendo personas de diferentes etnias, del mismo sexo… Interesantísimo.
⏱️ Este comparador de zonas horarias. Que puede servirte una app en el móvil, pero quizá sea interesante para algún proyecto que tengas entre manos.
🖼️ Arte en dominio público. En esta web puedes descubrir pinturas, pósteres e ilustraciones (y descargarlos) para luego utilizarlos en cualquier proyecto.
❌ Cuando llegó la pandemia y se impusieron los confinamientos, los que organizamos eventos TEDx en el mundo tuvimos que paralizar nuestros eventos. Algunos cancelaron, directamente. Otros, realizamos eventos mixtos. Nosotros en TEDxVitoriaGasteiz hicimos un evento presencial con ponentes, a los que grabamos las charlas y lo retransmitimos en directo. TEDxTarragona hizo un evento con público reducido en varias sedes simultáneas… A los amigos TEDxRosario se les ocurrió hacer una película. Fixión es el resultado. Un guion en el que encajaron las charlas de sus cuatro oradores, decenas de voluntarias y voluntarios haciendo de extras. Una maravilla de la creatividad.
🎶 Me he echado unas risas con este juzgador de la música que escucho. Es una IA interactiva que te dice cómo de cool o boomer eres a tenor de lo que escuchas. Solo tienes que vincularlo con tu reproductor favorito, en mi caso Spotify y luego empezará un diálogo con la máquina.
Hasta aquí por hoy. La semana que viene vuelvo con más. Nos leemos el próximo miércoles a las 6:45h.
PD. ¿Te ha gustado? Puedes invitar a tus colegas a que se suscriban y hacerte con una de las recompensas. También me puedes dar ❤️ o invítame a un Ko-fi ☕. Y si quieres, me puedes contestar con tus impresiones, estaré encantada de leerlas.
PD2. ¿Quieres patrocinar esta newsletter? Hablemos.
Qué maravilla ARTVEE, por dios...
Sí. Se me ha ido la olla y hemos salido en martes. 🥶